Escribe: Andrés Hoyos.-

Yo entiendo y no entiendo a los adictos al poder, en particular al poder político. El comportamiento de sus viudos y viudas resulta aleccionador. Como que les falta algo.
Claro que hay quienes sacan provecho directo de él porque llenan sus arcas, las arcas de sus familiares o amigos, o benefician directamente a alguien que luego los beneficiará a ellos. El abuso del poder es un subproducto casi inevitable del mismo. Ahí la única solución es construir un sistema de justicia eficaz. No es indispensable que este castigue a todo el que se lucra. Con que caiga una parte sustancial de los abusadores, el resto se sentirá atemorizado. También es crucial la sanción social, más bien rara en Colombia.
¿Que después van y meten la mano en la olla de todos modos? Cierto, y ojo que pasa igual en los países avanzados. O si no, miren el espectáculo de la familia Trump.
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Ideal para leer en tiempos de Pandemia
