
Querida familia y amigos colombianos; voy a escribir unas palabras que seguramente van a incomodar a quienes no les gusta la política; sin embargo, me atrevo a pedirles el favor que se llenen de paciencia para oír este llamado desesperado, y solo les pido, que la lean hasta el final, y si creen que tengo razón, por favor, compártanlas.
¡Es hora de reflexionar y que dejemos a un lado la indiferencia y dejar de pensar que esto no es con nosotros!
Se que todos estamos cansados de la corrupción y de la violencia y de sentirnos impotentes al ver que nada cambia, pero la realidad actual, es que la extrema izquierda está a un paso de lograr su cometido de implantar un régimen comunista en nuestro país.
Esto no es sobre Uribe, ni el Centro Democrático, ni la extrema derecha; esto es sobre cada uno de nosotros, de nuestras familias y de nuestro futuro, ¡porque nuestra democracia está agonizando! Nunca antes Colombia había estado en tanto peligro de terminar como Cuba o Venezuela, y para nuestro infortunio, la pandemia ha sido la cereza del pastel que necesitaban para alcanzar su objetivo.
Nosotros con nuestra apatía e indiferencia, le hemos dado vía libre a que personajes siniestros y poderosos de todos los ámbitos de nuestro país, para que avancen a pasos agigantados en sus oscuros propósitos para nuestra nación.
Yo como un simple colombiano, pero inmensamente agradecido de haber nacido en un país libre, no me puedo quedar de brazos cruzados. No soy nadie, no tengo ningún tipo de poder o influencia, pero afortunadamente todavía tengo algo muy valioso, libertad de expresión. Estoy convencida de que la unión hace la fuerza; sólo necesitamos vencer la apatía y unirnos para ayudar a salvar a nuestro país de un futuro que estoy segura no queremos para nuestros hijos y nietos.
Tristemente, a veces en la vida sólo hay dos bandos y obligatoriamente hay que tomar partido, así sea en contra de nuestra total voluntad. El mal no descansa y se aprovecha de la bondad y del pacifismo de las personas éticas y de buen corazón. Yo no quiero cargar en mi conciencia con la culpa, la vergüenza y el dolor de no haber hecho lo único que podía hacer por mi familia y mi país.
¡Despertemos, hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para salvar a nuestro país! Las redes sociales son un arma más poderosa que los medios de comunicación parcializados al servicio de unos cuantos. ¡Levantemos nuestras voces de protesta de todas las maneras posibles!
Yo amo a Colombia a pesar de todas sus imperfecciones y por eso espero que los que la amamos y que no quisiéramos verla retroceder, pondremos nuestro granito de arena.
¡Qué viva Colombia libre!
Verónica Pérez Ricaurte
PILAS COLOMBIA https://www.facebook.com/geovanny.gomez.108/videos/pcb.878079062604391/878674469211517/?type=3&theater
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Ideal para leer en tiempos de Pandemia
