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Con Fico el Partido Liberal se aleja de la prostitución ideológica

Escribe. José Gregorio Martínez*

El Partido Liberal está con la candidatura de Federico ‘Fico’ Gutiérrez para la Presidencia de Colombia, según lo oficializó su máximo líder, el exmandatario César Gaviria. Foto: PanAm Post

El Partido Liberal decidió apoyar la candidatura de Federico ‘Fico’ Gutiérrez para la Presidencia de Colombia, descartando a Gustavo Petro, que mendigaba por este apoyo. El solo hecho de haberlo considerado ponía en duda las convicciones ideológicas de los liberales colombianos que algunos congresistas tiraron a la basura al irse con el candidato que promueve el estatismo, contrario al liberalismo.

Que un partido político que se hace llamar liberal haya estado debatiéndose entre un candidato defensor del libre mercado y uno convencido de que el Estado debe redistribuir la riqueza pone en duda las convicciones ideológicas de dicha organización. Que el Partido Liberal colombiano haya pasado por un largo proceso de consultas para decidir si apoyar a Federico ‘Fico’ Gutiérrez o a Gustavo Petro para la Presidencia equivale a haber dudado hace un año en las elecciones

Para la Comunidad de Madrid entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias. Se trata en ambos casos de dos modelos totalmente antagónicos, donde Petro e Iglesias se ubican en la acera opuesta al liberalismo. Reuniones, fotos y mensajes públicos de apoyo convalidan las coincidencias, simpatía y alianzas entre el líder del Pacto Histórico y el cofundador de Podemos.

Pero el Partido Liberal colombiano finalmente tomó el camino de la coherencia con su apoyo a Fico Gutiérrez. Parece que fue una decisión difícil. Algo inconcebible para un verdadero liberal que haya leído a Mises y Hayek. El tema ni siquiera habría estado en discusión.

¿Qué es ser liberal?

Si bien parece que los liberales colombianos identificados con Jorge Eliecer Gaitán y Alfonso López Pumarejo han tomado el camino de la socialdemocracia de centroizquierda, es propicio recordar que el liberalismo es una filosofía política basada en el derecho y la responsabilidad de los individuos de decidir sobre las cuestiones importantes de sus propias vidas con mínima intervención estatal. En lo económico promueve la defensa de la propiedad privada y de la libre empresa como fórmula para alcanzar el éxito financiero. Lo contrario no es liberalismo.

Basta con hojear las propuestas de gobierno de Gustavo Petro para darse cuenta de que van en sentido contrario. Aunque el candidato izquierdista quiso sacar provecho del más reciente informe de JP Morgan, interpretando que el banco internacional “no ve alarmas, ni desconfianza” en su plan de gobierno, en realidad el documento señala todo lo contrario. El diario La República detalló las preocupaciones en materia fiscal, monetaria, macroeconómica e institucional que detectaron expertos.

Entonces, referentes del liberalismo argentino como los diputados Javier Milel, José Luis Espert o Ricardo López Murphy deben estarse preguntando qué hacía un partido liberal en Colombia considerando a un personaje como Gustavo Petro como su posible candidato o por qué algunos militantes que se dicen liberales se rebelan contra la decisión de la organización y siguen apoyándolo.

El Partido Liberal y el rescate de sus principios ideológicos

Dejando atrás la prostitución ideológica de la política tropical, la decisión congruente del respaldo del Partido Liberal a Fico Gutiérrez cumple oportunamente con el propósito de rescatar los principios liberales con los que José Ezequiel Rojas fundó en 1848 uno de los partidos más longevos del mundo, que tras sobrevivir al colapso del bipartidismo en 2002, hoy es la segunda fuerza política en el Congreso.

Esta importante representación conseguida en las elecciones legislativas del pasado 13 de marzo lo convierten en un partido bisagra para el próximo gobierno. Además del respaldo de una institución histórica y los votos que pueda aportar su maquinaria partidista, los 14 senadores y 32 representantes a la Cámara tienen en sus manos la posibilidad de aprobar o frenar los proyectos del próximo presidente.

Vale recordar que ni el izquierdista Pacto Histórico de Gustavo Petro ni los partidos que conforman la coalición Equipo por Colombia de Fico Gutiérrez alcanzan la mayoría absoluta, y es por ello que la decisión anunciada este miércoles por el expresidente colombiano y máximo líder del Partido Liberal, César Gaviria, representa un duro golpe para un candidato y un importante impulso para el otro.

“Después de la reunión de la junta de parlamentarios, que me dio la autoridad para hacer una recomendación al partido de por quién votar en la elecciones presidencial, he tenido una larga reunión –cuatro horas– con Fico Gutiérrez, y hemos encontrado que hay una enorme cantidad de coincidencias entre las cosas que dice el documento que yo presenté hoy en la junta de parlamentarios con lo que han trabajado en el programa de campaña de Fico. Yo creo que no vamos a tener diferencias mayores. Tenemos muchas coincidencias”. Con estas palabras oficializó el presidente del Partido Liberal el respaldo a Federico ‘Fico’ Gutiérrez.

Sangrando por la herida

Se trata de un respaldo que Petro y su equipo de campaña estuvieron mendigando hasta último minuto. Y a pesar de que ahora intentan minimizar el impacto de la decisión que no les favorece, el cinismo de sus reacciones hace más que evidente el despecho y el resentimiento.

Hasta hace poco Gustavo Petro insistía en “construir unidad” con el Partido Liberal. Se reunió a comienzos de marzo con Gaviria por solicitud propia. Su campaña reprendió a su compañera de fórmula para la Vicepresidencia, Francia Márquez, cuando en el acto de designación llamó al expresidente “neoliberal”, lo que generó una respuesta contundente de Gaviria y su partido. Pero ahora que se conoció la decisión final contraria a los intereses de la coalición de extrema izquierda, de inmediato saltaron las descalificaciones contra el líder político y el partido con los que querían pactar. Ahora ya sin tapujos lo llaman neoliberal, corrupto y privatizador.

“Hemos recibido la información que César Gaviria decidió mantenerse en su lógica, juntarse con el neoliberalismo, con eso de volver los derechos negocio, de privatizar servicios públicos, etc. Hará una alianza con quienes colocan la mafia al frente de la seguridad de los ciudadanos y las ciudadanas”, dijo Petro en un video tras conocer la decisión para luego agregar: “Hoy se junta César Gaviria con Fico Gutiérrez, al final van a gobernar como gobernó Gaviria, con privatizaciones”.

Otro que reaccionó en las redes sociales fue su mano derecha, el senador Gustavo Bolivar, quien vociferó que “César Gaviria se alinea con la ultraderecha, arriando y manchando de guerra y corrupción las banderas del Partido Liberal”. El también senador y promotor de la campaña de Petro, Roy Barreras, aseguró este miércoles que supuestamente “Gaviria le entregó a Fico un documento que corresponde al programa de gobierno de Petro” y agregó: “No vale el disfraz”. Hace justo un mes, para tratar de apaciguar las aguas tras los señalamientos de Francia Márquez, dijo que “el expresidente César Gaviria es el gestor de la Constitución del 91 que el Pacto Histórico debe defender. Acompañó sin esguinces el Acuerdo de Paz. Ofenderlo es un error”.

¿Liberales con Petro?, una enorme contradicción

El equipo de campaña de Petro ahora juega a la división del Partido Liberal. Destacando el hecho de que algunos congresistas han decidido desobedecer la decisión de la organización política y apoyar al exguerrillero del M-19 para la Presidencia, en el Pacto Histórico aseguran que “los liberales están con Petro”. Una contradicción conceptual que pone de manifiesto la prostitución ideológica de la política, considerando que el programa de Petro contempla mayores impuestos, un estatismo exacerbado, el peligro latente de expropiaciones –aunque lo niegue en un documento notariado– bajo el eufemismo de “democratización”, así como la “redistribución de la riqueza” desde el todopoderoso Estado benefactor que propone.

Las ideas del petrismo

son totalmente opuestas al liberalismo. Basta con recordar que fue Gustavo Petro el anfitrión del fallecido dictador venezolano, Hugo Chávez, durante su primera visita a Colombia. Ya bajo el mando de Nicolás Maduro, también viajó a Caracas para “pedir financiamiento para su campaña”, según palabras del segundo hombre del chavismo, Diosdado Cabello. En diciembre de 2020 se reunió en Madrid con el cofundador del partido español de extrema izquierda, Podemos, quien le expresó su incondicional apoyo y a los pocos meses Petro llamó a votar

por Iglesias. Todos enemigos del liberalismo.

Los principios del liberalismo

Conviene repasar los principios básicos del liberalismo muy bien resumidos por Robert A. Levy, presidente de la Junta Directiva del libertario Cato Institute, en un artículo en el que desmontó las cinco afirmaciones falsas del reverendo Michael P. Orsi, quien el 16 de marzo de 2014 titulaba en el Naples Daily News que “Candidato liberal no es bueno”.

Entre los puntos que refuta destacan un par que merecen mención. Por ejemplo, que “el individualismo extremo” es contrario al “bien común”. En este caso Levy aclara que si bien el liberal entiende la necesidad de cooperación y el Estado hace cumplir las reglas, existe el riesgo de que “las reglas demasiado extensas produzcan, no un bien común, sino más bien una fachada para un sistema de favores especiales que asegure trato especial para aquellos que están políticamente conectados, a cuesta de otros”. Por ello explica que, según el liberalismo, el individualismo “promueve el bien común, espontáneamente, siempre y cuando no haya un poder imponente que suprima las acciones escogidas libremente”.

Y el otro punto que merece ser resaltado tiene que ver con la intervención estatal, ante lo cual explica que “los liberales no se oponen a regulaciones de seguridad razonables, a los límites sensatos a las libertades individuales para fortalecer la seguridad nacional”. También reconocen que “los mercados no son perfectos. Pero el Estado tampoco lo es”. Y es el Estado y la consecuencia práctica de la intervención estatal lo que produce un ambiente anticompetitivo con “beneficios tributarios, subsidios, garantías y préstamos con dedicatoria”, así como los “aranceles y cuotas para proteger a las empresas domésticas de las importaciones extranjeras”.

Un Estado minimalista

En conclusión, “los liberales tienen una visión consistente y minimalista del papel adecuado del Estado”. Y evidentemente esto no es lo que contempla el programa de gobierno de Gustavo Petro, mientras que el de Fico Gutiérrez sí va en esta dirección, según se puede confirmar en el documento publicado en su página web oficial. Robert A. Levy, un auténtico liberal, concluye su artículo con la siguiente frase: “Queremos que el Estado esté fuera de nuestros bolsillos, fuera de nuestras habitaciones y fuera de conflictos en el extranjeros, a menos que estén en juego los intereses vitales del país”.

Se puede hablar perfectamente de una prostitución ideológica cuando por intentar acercarse al poder se traicionan los principios poniéndose de lado de un candidato que va claramente en dirección contraria. Esto fue lo que generó un largo, innecesario y absurdo debate en el Partido Liberal colombiano, que si bien finalmente tomó la decisión coherente, algunos de sus cuadros políticos han preferido mantenerse a las puertas del burdel.

* José Gregorio Martínez, Periodista venezolano dedicado a las fuentes de Política y Economía. Editor jefe de PanAm Post. Experiencia previa en medios como NTN24, El Mundo Economía & Negocios, Diario La Verdad y Globovisión.

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