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El dinero no es la raíz de la felicidad o el sentido de la vida

Escribe: T.K. Coleman.-

El dinero, el éxito y el trabajo duro han contribuido a la libertad humana tanto como cualquier otra cosa. (Twitter)

A veces bromeo con mis amigos diciendo que debería escribir un libro sobre cómo crecí en una maravillosa comunidad eclesiástica, meditaba regularmente, daba largos paseos reflexivos, disfrutaba de buenas amistades, me enamoraba, reía a diario, me relacionaba con las mentes más brillantes en una rica conversación sobre el significado del universo, y vivía una vida pacífica y de oración, pero aun así sentía que algo faltaba en el fondo hasta que…

Conseguí un segundo trabajo, me esforcé trabajando y empecé a ganar dinero.

Parece que está de moda que la gente escriba sobre lo malo de trabajar duro, hacer dinero y buscar el éxito. Claramente, es necesario. Mucha gente parece sufrir de demasiada riqueza y éxito (no a mi juicio, sino para ellos) pero no de suficientes cosas como la recreación, la amistad, el amor, las vacaciones o la espiritualidad.

Bueno, me gustaría añadir un poco de equilibrio a la discusión hablando desde el otro lado.

La buena vida es multidimensional

He estado meditando, dando largos paseos, pasando el rato con buenos amigos, conectando con maravillosos seres humanos en varias comunidades, disfrutando de conversaciones filosóficas nocturnas, mirando las estrellas y participando en música y teatro durante no menos de los primeros 25 años de mi vida, y puedo decir con firmeza lo siguiente: todas esas actividades significativas también pueden quedarse cortas.

Todas las cosas están limitadas en su capacidad de satisfacer.

Es fácil hacer afirmaciones como “el dinero y el éxito no lo son todo”, pero tal vez valga la pena recordar que esta misma observación aplica para casi todo lo que vale la pena perseguir.

Hay muchos estados deseables que, cuando se consideran de forma aislada, no constituyen una vida equilibrada y satisfactoria.

He aquí algunos ejemplos: Tener una maravillosa relación romántica no lo es todo. Puedes tener la pareja más maravillosa del mundo, pero si no tienes hobbies, objetivos, retos creativos y conocidos fuera de tu relación romántica, inevitablemente sufrirás.

Tener momentos “ajá”, alucinantes, no lo es todo. Puedes tener una comprensión profunda y amplia de todo tipo de cosas, pero si careces de disciplina y autocontrol, tu vida sufrirá de hábitos poco saludables.

Tener una buena higiene no lo es todo. Puedes ducharte tres veces al día y ser la persona mejor arreglada de tu círculo social. Pero si tienes una terrible actitud, una mentalidad autodestructiva y poca capacidad de comunicación, nunca incentivarás a los demás a cooperar o colaborar contigo cuando intentes alcanzar otras metas en la vida.

Podría seguir, pero creo que el punto está claro: La buena vida es multidimensional. Siempre hay más que considerar que una pasión, posesión o preferencia en particular.

El dinero no puede comprar la felicidad, pero tampoco las experiencias felices, místicas, extáticas o sentimentales.

La clave de la felicidad está en no poner todos los huevos en alguna cesta de la felicidad.

La vida es un proceso dinámico y creativo, no hay un solo momento cumbre que alcanzar.

Diversifica tus fuentes de felicidad

La felicidad, la realización, el sentido de la vida, la eudaimonia, o como quieras llamarlo, se trata de cultivar y mantener la mezcla correcta de elementos para ti en lugar de romantizar la presencia o ausencia de una experiencia, condición o cosa en particular.

Como Joshua Hook, profesor de psicología positiva en la Universidad del Norte de Texas, lo dijo recientemente, “Así como diversificas tus inversiones, diversifica tus fuentes de felicidad”.

Y mientras lo haces, no seas demasiado exigente con el dinero, el éxito y el trabajo duro. Estas cosas han contribuido a la libertad humana, física y psicológicamente, tanto como cualquier otra cosa.

El dinero es energía almacenada. Es una herramienta poderosa que puede ser usada para proveer educación, cuidado de la salud, ropa, refugio, y el tiempo para disfrutar de todas las otras grandes cosas que hacen la vida enriquecedora. Si estás deprimido por tener demasiado, siéntete libre de compartirlo con una de las muchas personas que tienen el problema opuesto.

Sin embargo, hagas lo que hagas, por favor no le hagas daño a la humanidad y perturbes su búsqueda por alcanzar una vida floreciente, despreciando los recursos materiales y el duro trabajo que a menudo se requiere para producirlos, mantenerlos e intercambiarlos.

El amor al dinero es la raíz de todo tipo de males, pero una comprensión informada de su verdadera naturaleza y propósito es el comienzo de mucho bien. El dinero tiene sentido, y el sentido de la vida no es tampoco una vida sin dinero.* T.K. Coleman es el Director de educación emprendedora en la Fundación para la Educación Económica. Es co-fundador y Director educativo de Praxis.

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