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El VAR multiplicó dudas y sospechas

Escribe: Marcelo Duclos*.-

Luego de quedar descalificados por una injusta intervención del VAR, los jugadores de Boca protagonizaron un escándalo y fueron demorados por la policía de Brasil.

Como ocurrió el año pasado con River Plate en Brasil, la salida de Boca Jrs. de la Copa Libertadores fue un escándalo. En la grabación, los técnicos arbitrales parecieran estar buscándole “el pelo al huevo” para encontrar un motivo y anular un gol clave.

En la noche del pasado 20 de Julio, Boca perdió por penales contra Atlético Mineiro y quedó afuera de la Copa Libertadores de América, pero lo deportivo pasó a un segundo plano. Luego de un gol xeneise anulado por el VAR, y tras la caída desde los doce pasos, el equipo argentino protagonizó serios hechos de violencia en los vestuarios, por lo que el plantel fue demorado más de diez horas en la comisaría local. Recién ahora podrán volver al país, pero se evaluará la “burbuja sanitaria” rota durante los desmanes, por lo que es probable que los jugadores y el cuerpo técnico deban hacer un aislamiento más duro al previsto.

Los ánimos ya estaban caldeados. Es que, en el partido de ida, realizado en La Bombonera la última semana, a Boca ya lo habían robado a mano armada. Aunque el marcador oficial terminó 0 a 0, lo cierto es que hubo un tanto del local que en cualquier circunstancia hubiera sido considerado válido. Corría el minuto 34 del primer tiempo y un gol de cabeza luego de un centro y un rechazo en falso del jugador brasilero fue cobrado normalmente. Sin embargo, desde el VAR analizaron la jugada por más de cuatro minutos.

Como se observa en la grabación, ni ellos sabían que buscaban. Analizaron todas las circunstancias relativas a la jugada, diversos fuera de juego que eran inexistentes y supuestas faltas en ataque, que no podían ser confirmadas. Finalmente, en una de las tantas cámaras, se ve a un jugador de Boca que apoya sus manos en un hombre del Atlético, que igualmente llega a la pelota sin inconveniente. No solo no fue falta, sino que no lo vio ni el árbitro ni los técnicos, luego de chequear más de diez veces todos los ángulos. Al conseguir un plano donde se ve la insignificante supuesta infracción, los técnicos le pasan esa imagen al árbitro, que termina anulando el gol.

Lo cierto es que, si se analiza con ese nivel de detalle y minuciosidad cualquier circunstancia del encuentro, todas las jugadas deberían ser consideradas irregulares, al ser un deporte de contacto. Con la sangre en el ojo y el resultado abierto, sin poder haber marcado una ventaja en casa, Boca fue a disputar la revancha en Brasil, donde ocurrió exactamente lo mismo en la noche del 20 de Julio de 2021: empate en cero, gol de Boca lícito, el árbitro lo cobra y luego el VAR lo anula.

A los 63 minutos de juego, luego de una pelota frontal al área, el arquero (que no recibe ninguna falta) da rebote y el jugador del equipo argentino define por arriba y manda la pelota a la red. El tanto se cobra, el referee señala el centro del campo de juego, pero –una vez más– comienza el show del VAR. Como la semana pasada, los registros muestran que los técnicos, en lugar de analizar una cuestión concreta, como una posición adelantada o una falta sobre el guardameta, se deciden a buscar absolutamente todo lo que ocurrió en la jugada.

Luego de cinco minutos de minuciosas pesquisas, en la cabina deciden que “la rodilla” de un jugador de Boca se encontraba en posición adelantada. Sí, la rodilla. En una situación imperceptible para el ojo humano, ni siquiera utilizando la cámara lenta de todos los planos disponibles, los asistentes se apoyan en unas líneas que dejarían en evidencia la insólita infracción al reglamento. Luego se supo que ese plano corto, respaldado por las líneas digitales, ni siquiera pertenecía al momento exacto al que se pateó el balón con destino al área, sino que era de un instante posterior. Un bochorno por donde se le mire.

La implementación del VAR, un fracaso hasta el momento

Al menos en el ámbito de la Conmebol de América Latina, la irrupción del Video Assistant Referee, lejos de aportar justicia inapelable en el fútbol, incrementó el descontento, pero también las dudas. A pesar de lo que muchos pensaron, incluso ahora hay más sospechas de corrupción deportiva que antes.

Como ocurrió con River el año pasado, también en Brasil y por la Copa Libertadores, muchas de las intervenciones del VAR parecieran ser más arbitrarias e imperfectas que las resoluciones de un árbitro humano, sin respaldo alguno de la tecnología, ni repeticiones disponibles.

Quizás el escándalo del pasado 20 de Julio sea una oportunidad para replantearse un sistema que, hasta ahora, en América Latina no hizo más que dañar el fútbol. Cuando el VAR se implementó, sus críticos aceptaban lo inapelable de la tecnología, pero argumentaban que se terminaría lo espontáneo y la picardía del juego. Ni ellos imaginaron que ni una docena de cámaras iban a poder dar fin a las dudas, los reclamos, las suspicacias y las sospechas, más vigentes que nunca.

* Marcelo Duclos, nació en Buenos Aires en 1981, estudió periodismo
en Taller Escuela Agencia y realizó la maestría de Ciencias Políticas
y Economía en Eseade. Es columnista de opinión invitado de Perfil, Infobae y músico.

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