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¿Estupidez o ignorancia de los congresistas?

Escribe: Álvaro Grajales*.-

El Senado de Colombia aprobó el lunes un aumento de 58,5 billones de pesos al presupuesto general de la nación. (Archivo)

El aumento del presupuesto nacional en Colombia que celebran los congresistas Gabriel Velasco y Nicolás Pérez ya tiene al Ministro de Hacienda y a la DIAN trabajando para subir los impuestos, lo que generará menos empresas y, por ende, más desempleo.

En el maravilloso mundo de Instagram me encontré con dos perlas que me generaron una amalgama de sentimientos. Estás perlas provenían de dos congresistas del Centro Democrático, a saber: Gabriel Velasco y Nicolás Pérez. Cada uno, a su modo, celebraba el desproporcionado aumento del Presupuesto General de la Nación (PGN). Incluso, el Pérez afirmaba que con este aumento del presupuesto se van a recuperar los empleos que se perdieron por culpa de la pandemia del Covid-19.

Pero ¿en verdad hay algo qué celebrar? La verdad no. Lo que estos señores están celebrando es que el Estado está gastando más de lo que recibe. Esto es como celebrar y felicitar al padre de familia o al pariente que gana $2´000.000 (USD 550) pero se gasta $6´000.000 (USD 1.650). Señores congresistas, su festejo de hoy será el hambre y la miseria del mañana.

Nicolás Pérez, en su video de celebración les cuenta a los ciudadanos que el PGN aumentó 58,5 billones de pesos, pero omite decir que los gastos de funcionamiento del Estado se situaron en la módica suma de 184,6 billones. Es decir, del 100% del PGN, que se elevó a 313,9 billones de pesos (USD $82.605 millones), 59,1% es para sostener burócratas, 22,2% para pago de deuda y 18,7% para la tan aplaudida inversión a la que hace alusión Pérez.

Sin embargo, señores Velasco y Pérez, el déficit fiscal asciende a la suma de 38 billones de pesos y la deuda se estima en un 70% del PIB según el Banco de la República.

Le pregunto a los congresistas ¿de dónde van a sacar para cubrir el déficit? Bueno, no creo que sean capaces, pues eso les costará votos, pero yo les facilito la respuesta, con más impuestos.

De hecho, el Ministro de Hacienda ya expresó que se necesita cobrar más impuestos y la DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales) ya tiene trabajando a una comisión de expertos pagados con lo que nos roba el Estado, para que le digan al Estado la forma de robarnos más. Bastante irónico. Sin embargo, esto nos debe hacer recordar aquella máxima que reza: “el Estado no puede darte nada que no te haya quitado previamente o que aspire quitarte”. La necesidad de demostrar resultados o de pronto, de ganar votos incautos, puede hacer que personas como estos dos congresistas celebren nuestra sentencia de muerte.

La falacia

El congresista Pérez acude a una falacia cuando promociona con gran orgullo la aprobación del PGN. Lo primero que quiero decir es que las falacias no son mentiras (no son falsedades), son una violación a los principios de la lógica, pues a partir de las premisas que él expresa no se puede llegar a la conclusión que él manifiesta. Pero ¿por qué comete una falacia Nicolás Pérez? Sencillo, porque de la premisa “mayor gasto estatal” no se puede concluir que se recuperarán los empleos perdidos. El congresista Pérez deja por fuera la función empresarial (que no la puede ejercer el Estado, porque no posee la herramienta mental del cálculo económico) y el hecho de que en los últimos años el gasto estatal haya venido en aumento y nunca se haya logrado tener bajas tasas de desempleo. La muestra del error que comente el congresista es que el aumento del presupuesto que celebra ya tiene al Ministro de Hacienda y a la DIAN trabajando para subir los impuestos, lo que generará menos empresas y por ende, más desempleo.

La rebelión de Atlas

Los políticos siguen buscando fórmulas mágicas para llegar a la prosperidad y la más fácil es la del keynesianismo, que es la celebrada por los congresistas del centro democrático (muy cercana a la visión del partido de la U ¿será que son lo mismo?). Esa fórmula hace que se creen artificialmente pequeños periodos de desarrollo y prosperidad seguidos de una fuerte caída, estancamiento o en el peor de los casos, recesión (lo que se conoce cómo ciclo económico). Estos yerros hacen que los individuos se vean sometidos a sostener una mayor carga impositiva sobre su patrimonio.

Es hora de entender que los impuestos no son otra cosa que un robo y usted se puede dar cuenta de eso haciendo el siguiente ejercicio: ¿los impuestos los pagan voluntariamente? Si la respuesta es negativa, inexorablemente tendremos que admitir que son un robo. En cambio, si es afirmativa tendríamos que hacernos otra pregunta: ¿se pueden dejar de pagar? Si la respuesta es negativa, quiere decir que son un robo pues hay alguien que, haciendo uso de la fuerza, lo obliga a despojarse de su dinero. Si la respuesta es afirmativa tendría que preguntarse ¿seré sancionado por no pagarlos? Si la respuesta es afirmativa, significa que el Estado usara el monopolio de la fuerza para perseguirlo y sancionarlo, corolario, el Estado lo está robando. Las contribuciones son voluntarias, usted decide si aporta o no. En el Estado no ocurre lo mismo. El Estado es como el extorsionista que le pide dinero y si usted se niega a dárselo, este lo perseguirá y coaccionará hasta conseguir su cometido.

Defender la propiedad

Todo lo que es fruto de nuestro trabajo se convierte en nuestra propiedad, es por eso que el salario, nuestra casa, vehículo, ahorros etc. son parte de nuestra propiedad. Cuando el Estado le quita una parte, usa el sofisma de llamarlo contribuyente, para que usted no se sienta agredido, cuando en realidad, usted ha sido expropiado. Y usted ha sido expropiado porque el Estado le ha quitado su propiedad en contra de su voluntad. Esto nos tiene que hacer reflexionar sobre el siguiente interrogante: ¿qué podemos hacer para cambiar esto? Sencillo, luchar para proteger nuestra propiedad. Y lo primero que tenemos que dejar de hacer es indignarnos cuando nos dicen que alguien ha evadido impuestos. Estimados, a la persona que ha logrado evadir impuestos, es decir, que ha logrado proteger sus derechos de propiedad, tenemos es que felicitarlo, rodearlo, pedirle consejo para que nos ayude a proteger nuestra propiedad. Por eso mis felicitaciones a Shakira, una de las más famosas evasoras de impuestos, es un verdadero orgullo, no solo es una gran artista, sino que es una gran defensora de sus derechos de propiedad. El consejo, claro, revelarse, dejar de cargar al mundo, luchar por sus propios intereses, respetando las libertades de los demás y, eso sí, protegiendo los derechos de propiedad.

La gran rebelión empieza por quitarse el yugo de los impuestos y por la defensa del derecho a la propiedad privada. Por lo que señores Pérez y Velasco, si lo que en verdad quieren es ayudar, empiecen a reducir el Estado y a eliminar impuestos.

* Álvaro Grajales es estudiante del décimo semestre de Derecho en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia. Es miembro del Círculo de Estudios Libertarios Juan de Lugo.

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