Escribe: Jorge Ancizar Cabrera Reyes.–
Una reflexión de Walt Whitman, poeta, ensayista, enfermero voluntario y periodista estadounidense, para tener presente ahora en tiempos de la pandemia global del Covid-19, ojalá la tormenta termine, ya que ella ha ocasionado muchas muertes y sigue golpeando a innumerables hogares en el mundo.
Unido, también a las convulsiones sociales originadas por el hambre, la miseria, la muerte que golpea a diario, igual, cuando se elimina al que piensa distinto, además, el despojo y desplazamiento de sus territorios de familias enteras, aumentando así la violación de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.
Requerimos verdadera inclusión en todo: en lo social, cultural, económico, ambiental y político, con más participación, igualdad, equidad, tolerancia y sin discriminación, logrando felicidad y que los sueños por un mejor vivir reconciliados todos, en paz, en armonía con la naturaleza y con más justicia social, para alcanzar la libertad con democracia plena.
Los invito a leer este valioso y vigente mensaje, para decir con Joseph Addison, escritor y político británico: “La lectura es para la mente lo que el ejercicio es para el cuerpo”.
Whitman nos enseñó: “No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías si pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre”.
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