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Mija, es que el diablo no se enferma

Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-

Escipión, ¿qué es lo que está pasando con la salud? Mija; “lo que pasa es que el diablo no se enferma y por eso no le importa acabar con el sistema”…

Y no hay nada más cierto, el diablo, representado en un “presidente” inepto, mediocre, caprichoso, comunista y psicópata, sigue dispuesto a acabar con Colombia, porque él no necesita nada a nivel de salud. Él solo quiere apoderarse de todo para entregárselo a la mafia transnacional comunista/socialista.

Obviamente es lógico, que lo que viene funcionando regularmente, requiera de una “reforma”, pero dicha “reforma” debe ser para hacer ajustes, para colocar los puntos sobre las íes, para buscar los culpables de los desfalcos y castigarlos, para buscar la calidad humana en el servicio, para no permitir que clínicas privadas se dediquen solo a facturar, y en una sola palabra, para buscar que se siga  prestando un servicio de calidad como lo ordena la  Constitución Nacional.

Pero a Petro, como comunista, socialista o progresista, poco o nada le importa la calidad de vida de los colombianos ni el progreso del país.

Empezó la destrucción del país, incluso antes de iniciarse la campaña, patrocinando marchas y paros que le dejaron al país pérdidas millonarias. Luego logra comprar la presidencia y las fuerzas armadas son humilladas y sometidas, reducidas en su poder, para darle vía libre a la delincuencia. De hecho, las masacres, las extorsiones, los secuestros, jamás habían llegado a unas cifras tan altas.

El slogan o campaña de “Colombia, capital mundial de la vida”, no es más que un sofisma de distracción. Las guerrillas y los grupos al margen de la ley siguen creciendo, armándose, delinquiendo, vendiendo libremente su droga con la complicidad del actual “gobierno”.

Pero aparte de fomentar y patrocinar la delincuencia, se apodera de Ecopetrol, suspende la exploración y explotación de los hidrocarburos, presenta reformas criminales a todo nivel: Salud, laboral, pensional y judicial, todas ellas nocivas y acomodadas de acuerdo a sus intenciones de convertirse en dictador, en el dueño absoluto de todo, como en su momento lo soñó y lo ejecutó Fidel Castro en Cuba.

En estos momentos, Colombia sigue en crisis a nivel de la salud, y el culpable en primera instancia es el “presidente”, luego el Superintendente de salud y finalmente, no solo el mercenario que funge como Ministro de Salud, sino un Congreso enmermelado, que se olvida que su obligación es legislar para el pueblo que los elige.

Con referencia de nuevo a la salud, en este “gobierno”  hay seis billones (con b), de pesos perdidos. Nadie sabe nada; nadie dice nada, pero lo cierto es que las EPS y las IPS no solucionan nada con el cuento del “gobierno” de que el dinero lo hay, pero no se lo entregan a sus beneficiarios, a los que deben recibirlos para pagar sus deudas. Y de esa forma, lentamente, poco a poco, Petro asfixia y acorrala a estas entidades para acabar con ellas, expropiarlas, liquidarlas.

Esta vez, Petro no producirá derramamiento de sangre como lo hizo a partir de sus 17 años de edad. Esta vez, Petro asesinará al pueblo lentamente, torturados por la escasez de medicamentos, por la carencia de servicios de salud adecuados. Ya no hay insulina para los diabéticos; no hay ni siquiera Acetaminofén; no se podrán realizar diálisis ni procedimientos quirúrgicos. Esta vez, asesinará al pueblo de otra manera. No se equivocó Javier Milei, el presidente de Argentina, cuando dijo púbicamente que Petro era un “asesino comunista”.

Así proceden y así actúan los esbirros de la mafia transnacional comunista/socialista. Recordemos que en Venezuela el dictador comunista Hugo Chávez en su momento, y ahora el criminal Nicolás Maduro, inició el acabose de Venezuela imponiendo una constituyente y escondiendo, como en Colombia, los medicamentos, los alimentos y elevando exageradamente el precio de la gasolina. Cualquier parecido con lo que está sucediendo en Colombia, no es mera casualidad; es el libreto que imponen los dictadores para exterminar los pueblos, saquearlos y apoderarse de sus riquezas.

Estos psicópatas son peligrosos. Hay una pelea casada entre el mercenario ministro de salud y Sanitas y lo de la Nueva EPS es un asunto político.

Petro le quiere imponer a Colombia un “nuevo” sistema de salud, al estilo de Cuba y Venezuela, donde los pacientes mueren en sus casas o en las puertas de los hospitales. Petro nos quiere imponer una recua de médicos cubanos y venezolanos que vendrán a quitarle el pan de la boca a nuestros profesionales de la salud, por los cuales pagarán mucho más de lo que gana un profesional colombiano.

Por eso destruyen todo; ya se apoderó de Ecopetrol; ya está queriendo acabar con la Federación Nacional de Cafeteros y la de Cacaoteros.

Y lo peor es que Colombia está ad portas de una guerra civil porque Petro sigue cometiendo desmanes y abusos de poder, despilfarrando de dinero y actuando en complicidad con los grupos armados al margen de la ley que ahora pretende, no solo premiar, sino convertir en sus “colectivos petristas”.

Si Colombia no reacciona; si no adelanta el juicio político a Petro, el psicópata se saldrá con la suya y convertirá a Colombia en su finca personal y a los colombianos en los súbditos de un reyezuelo asesino.

* Luis Hernando Granada C., Periodista y Publicista con más de 50 años de experiencia, Exsubdirector de la Revista El Congreso y colaborador de varios medios impresos y digitales. Autor de la Novela “El Imperio del terror” y de los libros “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda”. Director de los sitios www.visiondeltolima.com y www.literaturaenlinea.com y Gestor Cultural del Tolima.

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